
Artistas y diseñadores contemporáneos están utilizando pantallas LED flexibles para expandir los límites del arte interactivo, liberándose de las limitaciones planas y estáticas de los lienzos tradicionales y creando obras inmersivas y receptivas que involucran al espectador de nuevas formas. Las pantallas rígidas limitan a los artistas a marcos rectangulares, pero los LED flexibles—con su capacidad de doblarse, enrollarse o envolverse alrededor de objetos—permiten instalaciones que responden al espacio, el movimiento y la interacción del público. La exposición de 2024 del museo Hamburger Bahnhof en Berlín, titulada «Flexible Light», presentó una instalación del artista Olafur Eliasson llamada «Breath of Light», centrada en una lámina LED flexible de 12 metros de largo suspendida del techo. La lámina, doblada formando una serie de ondulaciones suaves que imitan una cordillera, proyecta degradados cromáticos cambiantes—desde azules suaves hasta naranjas cálidos—que reaccionan al movimiento de los visitantes mediante sensores infrarrojos: cuando alguien camina cerca, los colores se extienden en forma de ondas desde la posición del visitante, transformando la observación pasiva en una participación activa.
Las características técnicas de la instalación priorizan la expresión artística: la lámina LED utiliza un sustrato transparente de PI, permitiendo que la luz pase a través de él y cree efectos superpuestos cuando se combina con espejos colocados detrás. Su diseño ultradelgado (0,3 mm) hace que los pliegues se vean naturales, mientras que una alta frecuencia de actualización (120 Hz) elimina el parpadeo en los degradados de color en movimiento. En el arte público, los LEDs flexibles están transformando espacios urbanos: en el arroyo Cheonggyecheon, en Seúl, se encuentra un «río» LED flexible de 20 metros de largo integrado en el suelo, que se curva para adaptarse al recorrido del arroyo. La pantalla muestra datos en tiempo real del caudal del agua (mediante sensores en el arroyo) en forma de líneas azules luminosas, mientras que los visitantes pueden tocar la superficie para crear «ondulaciones» que se fusionan con el flujo. El artista Eliasson señala que los LEDs flexibles «permiten que la luz se comporte como un material, algo que puede doblarse, plegarse y responder, tal como ocurre en el mundo natural», y añade que el 90 % de los visitantes de la exposición informaron sentirse «más conectados» con la obra en comparación con piezas tradicionales. Al combinar tecnología y creatividad, las pantallas LED flexibles están redefiniendo lo que puede ser el arte, convirtiendo la luz en un medio dinámico e interactivo que cierra la brecha entre el artista, la obra y el público.